
Las musas no me acompañan ni pasean por mi calle, ellas no vienen a verme a mi no me quiere nadie. Al contemplar los luceros aquella noche estrellada, vi que las musas huían al escuchar mi llamada. Se marchó la inspiración a vivir a otra galaxia, entre millones de estrella escondida en la distancia. El viento que me susurra a través de la ventana, me dice por lo bajito ¡Duerme, ...