Iba el Señor a marchar
y en su gran sabiduría,
al irse y querer quedar
inventó la Eucaristía.
Y en el sagrario escondido
Jesús con nosotros vive,
realidad sobre el sentido
que solo la fé percibe.
¡Oh misterio incomprensible!
¡Manantial de consuelo!
¿Cómo iba a irse? Imposible,
quien por venir dejo el cielo.
Aunque perdió la existencia
sin quejarse de dolor,
no quiso morir de ausencia
¡Quién quiso morir de amor!
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