
Manos para romper las barreras, manos para acariciar, manos para secar las lagrimas del emigrante que llega. Algunas veces he pensado si tuviéramos que emigrar y dejar atrás nuestra tierra, entonces entenderíamos lo que tienen que pasar. Quiero vivir en un mundo donde no existan fronteras, donde no se discrimine a nadie por su color, o su etnia. Unos tienen la piel blanca; otros la tienen muy negra, en sus ...