Yo tuve un sueño bonito,
con vosotros yo soñaba.
Desde cerquita del cielo
tres estrellas me miraban,
y con su luz silenciosa
mi camino me alumbraban.
Un camino de misterio
por el que andaba perdida,
sin encontrar a mis hijos
que son mi amor y mi vida.
Al despertar de mi sueño
vi seis estrellas, no tres,
y al lucerito del Alba
que me decía : ven y ven…
Yo nunca podré olvidar
tanto amor, tanta firmeza,
ese cariño tan grande
unido a la gran sorpresa.
Ni Segovia con su Alcazar
ni acueducto y catedral,
ni todos sus monumentos,
no se pueden comparar,
a lo que sentí aquel día
nada lo puede igualar.
El día dos y tres de Julio
grabados en mi memoria,
son algo tan grande y noble
que pasarán a la historia.
Al ver juntos a mis hijos
me dije: ¡No he fracasado!
Y le dí gracias a Dios
por los hijos que me ha dado.
El amor que recibimos
es nuestro mayor tesoro,
ni se compra, ni se vende,
porque vale más que el oro
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