Cruza los anchos mares el misionero,
del reinado de Cristo, tal mensajero.
A su patria querida, rica y hermosa
tal vez no vuelva nunca.¡Pero qué importa!
Un ideal sublime lleva en su alma,
es la gloria divina la que le inflama,
convertirá las almas de los salvajes,
por ellos Jesucristo vertió su sangre.
también por ellos dará él su vida,
enseñando doctrina de amor y paz,
algo que ya no entiende la humanidad.
El misionero es alguien muy especial,
el mismo Dios le envía de mensajero,
va por el mundo errante mirando al cielo
y solo Dios le guía por el sendero.
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