Estoy leyendo un libro apasionante. La calle de la Judería. Es una historia real muy bien contada por la autora. Han pasado siglos y parece que fue ayer cuando ocurrió.
¡Vitoria cuanto te quiero!
Es difícil comprender
para no ser de esa tierra
lo que te puedo querer.
Echo de menos tus gentes,
tus calles, tu monumentos,
tus jardines y tus plazas,
tu grandeza y tu talento.
Las personas que han formado
a esa bonita ciudad,
yo las quiero y las admiro
nunca las podré olvidar.
Tierra de trabajadores
que trabajan sin descanso,
para brillar con luz propia
y no ser unos parásitos.
Vitoria noble y sencilla,
eres un gran abanico,
que te abres con energía
para acoger a tus hijos.
Aunque esté lejos de ti
siempre te recordaré,
porque parte de mi vida
yo en esa tierra dejé
Paquita Sánchez Gómez
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