Los recuerdos venían a mi en tropel, como si quisieran salir todos al mismo tiempo. Se movían dentro de mi y no me daban tregua. Las semillas del recuerdo pasan largas temporadas vagando por el aire, sin que nos demos cuenta.
Los daños mal escondidos al resurgir, añaden veneno a su amargura, porque culpas no hay, solo hay causas.
Me paso la vida a la defensiva sin saber si hago daño o no. siempre me ha encantado fisgar y cambiar de perspectiva. En algunos momentos siento que estoy metida en un cuento y no se salir de el. Si tenía sed de secretos, todo lo que me contaban me inyectaban una dosis de curiosidad y eso me daba pie para escribir.
Hoy he empezado una nueva novela, o sea he puesto el primer ladrillo en la base del edificio- Pero lo que no sé es si este edificio lo levantare algún día.
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