Cuando empecé a escribir me hice a mi misma una promesa; ser fiel a los dictados de mi mente y de mi corazón.    Mi voz interior me dice: recuerda de donde has venido y después piensa un poco a donde quieres ir. Para hacer todo cuanto quieres tienes que tener buenas perspectivas. Porque aprender es descubrir lo que ya sabes. Actuar es demostrar que lo sabes.

Lo mismo en mi primera novela, como en el libro de relatos que he terminado de escribir, he procurado ser fiel a mi misma. Los personajes de ficción, a veces son más auténticos que los individuos de carne y hueso, por todo ello escucho atentamente a mi conciencia, que es la medida de mi honradez y de ella me puedo fiar.

Seguiré escribiendo seguramente en verso, pues me apasiona el romance.